La crisis afecta a todos. Nadie escapa a estos tiempos de austeridad e incertidumbre económica. Hasta los ámbitos menos pensados han sido, aunque sea, tocados por esta crisis mundial. Y el mundo de la Fórmula 1 no es la excepción a la regla. Tanto que el organismo que rige este deporte, la FIA, obligó a los equipos a tomarse unas vacaciones forzadas, más allá de que ellos prefieran seguir trabajando y lograr una mejor puesta apunto.
La última carrera disputada hasta el momento fue la del Gran Premio de Hungría en Hungaroring, el primero de agosto. Desde esa fecha hasta el próximo 29 de agosto, los equipos y conductores tendrán unas no deseadas vacaciones. Las mismas acabarán cuando se dispute el Gran Premio de Bélgica, en Spa-Francorchamps.
Exactamente, el receso obligado es por dos semanas y algunas escuderías optaron por realizarlos del 2 al 16 de agosto, con el respectivo cierre de puertas de Woking y Brackley. Esta fecha fue elegida por varias empresas: Mc Laren, Mercedes GP, Williams y Sauber. En cambio Ferrari y Toro Rosso ubicadas en Maranello y Faenza (Italia), respectivamente se pusieron de acuerdo para iniciar las vacaciones el 8 y terminarlas el 21. Renault, por su parte, hará lo propio del 8 al 22 y Milton Keynes del 9 al 22, teniendo un día más de descanso. El único equipo que cuenta con capital español es Hispania RT, que cerró todas las sedes desde el 4 hasta el 17 de agosto.
Este inesperado cierre incluye a las fábricas, los túneles de viento y todas y cada una de las oficinas comerciales, afectando también a los proveedores. La prohibición es total y no da tregua. Tanto que n se puede llevar ningún elemento electrónico, sea un ordenador portátil o un móvil. Porque está prohibido enviar mensajes o mails con fines laborales.
