Favio Briatore sabe como rentabilizar sus inversiones. Acaba de embolsarse más de siete millones de euros (11 millones de dólares) por los derechos televisivos que tiene sobre la retransmisión de la Fórmula 1 en España.
Fernando Alonso sigue siendo una apuesta segura para el millonario italiano. A sus resultados estrictamente deportivos habría que sumar la rentabilidad del asturiano en beneficios por derechos televisivos y extraer una media. El rotativo británico The Daily Telegraph asegura que Favio ha aumentado sus arcas en más de siete ‘kilos’, dos millones de euros más que la pasada campaña. Y es que Alonso sigue ilusionando a los españoles, que ha aumentado exponencialmente su afición por el deporte en estos últimos años.
Aprovechando la amistad que une a Briatore con Bernard Ecclestone, el magnate trasalpino se hizo con los derechos de emisión de los Grandes Premios para España en 2002, con su socio Alejandro Agag por medio de Stacourt. Fue una apuesta arriesgada, pues la máxima competición automovilística no era muy seguida en nuestro país. La visión para los negocios del italiano quedó patente dos años después, cuando Alonso comenzó a ganar carreras y las audiencias se dispararon. La ‘alonsomanía’ inundaba España de la mano del director deportivo del equipo con el que Fernando conseguía su primer mundial y con los derechos para que los españoles pudiéramos presenciar la gesta en el bolsillo. Una inversión perfecta. Tras conseguir la afición del televidente español, ahora Briatore no tiene otra cosa que hacer que asistir a cómo los beneficios aumentan año tras año incluso en la peor temporada del español de oro.
Y es que los beneficios de Favio aumentaban proporcionalmente a las victorias del Fernando Alonso, que pronto alcanzó porcentajes récord. En 2007 el jefe de Renault ganó 23 millones de dólares, más de 15 millones de euros, con sus derechos que desde 2004 ostenta la cadena privada Telecinco. La próxima temporada será La Sexta la encargada de emitir el mundial de F1, tras sufragar una apuesta segura por una cantidad cercana al millón de euros.
El italiano sabe más de negocios que de Fórmula 1.
